
"Me siento bien tanto si falla el salto como si lo ejecuta sin salpicar. Por eso nunca rezo para que salte bien ni doy palmadas de alegría si lo consigue, pero tampoco me desanimo si falla. El cuerpo de Jun, elástico y elegante, atraviesa la fina capa de esos sentimientos infantiles y penetra hasta lo más profundo de mi ser."
LA PISCINA
YOKO OGAWA
Este ha sido mi primer libro con Yoko Ogawa, archiconocida escritora nipona de la que sólo leo buenas críticas y ahora lo comprendo perfectamente.
Aya es una adolescente que vive en el Hogar Hikari, pero es la única que no es huérfana, sus padres dirigen el Hogar, y están tan volcados en su labor que olvidan a su propia hija, o eso es lo que ella cree.
Aya se siente desgraciada y sólo encuentra consuelo en los ratos que acude a escondidas a las gradas de la piscina de saltos a observar a Jun, otro chico del Hogar Hikari. Aya observa cada movimiento del cuerpo de Jun y cuando este se sumerge en el agua es como si Aya lavase su alma, y es que a medida que avanza la historia iremos conociendo la parte más retorcida y perversa de Aya, que disfruta con el sufrimiento de la pequeña Rie, otra huérfana del Hogar Hikari a la que Aya somete a diferentes vejaciones solo por hacerla llorar y aliviar así su propio sufrimiento.
Lo más increíble de la historia es que una vez terminado el libro no sabes si la protagonista te gusta o directamente la aborreces, no eres capaz de ponerle cara, pero si sabes como es esa parte de su alma que Yoko Ogawa ha querido mostrarte de forma magistral. Sin lugar a dudas un gran comienzo con esta escritora que sólo consigue que tengas ganas de más.
También me gustaría destacar la edición de Funambulista, una pequeña joya.