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martes, 28 de mayo de 2013

GENERACIÓN EGB




  • Me marcó la muerte de Chanquete, mucho.
  • Me obligaban a beber el zumo muy deprisa para que no se le fuesen las vitaminas.
  • Siempre tuve que esperar 2 horas para hacer la digestión en la piscina o en la playa, o meterme corriendo con el último bocado en la boca para estar ya dentro cuando empezase la dichosa digestión.
  • Me hinché a rebobinar cintas con los Bic.
TUVE SUERTE, SOY DE LA GENERACIÓN EGB.






GENERACIÓN EGB
JAVI NIEVES

Si, soy afortunada, pertenezco a la generación EGB. Ponía motes a mis compañeros de clase y a los profesores, que podían reñir sin miedo a ser demandados y se ganaban nuestro respeto supremo. Disfrute de cada recreo como si fuese el último de mi vida jugando al escondite, al balón prisionero, hice un tren de marquetería cuyas ruedas eran casi cuadradas, me encantaban las excursiones y sentarme al final del autobús para reír hasta que me doliese la barriga, me encantaban los toi de los bollicaos y he repetido hasta la saciedad " Quien se pela se estrena; ¿Qué miras? los pedos que te tiras; los que se pelean se desean; cobarde gallina, capitán de las sardinas....

Siempre tuve a mi madre en un sinvivir, con el alma en vilo. Me pasaba el día en la calle sin móvil jugando al pañuelo, al elástico o a la comba. Comía golosinas  y paloduz y polos de nieve en verano. Mi primer ordenador fue un Spectrum que tardaba un milenio en cargar los juegos. Crecí a ritmo de Grease, fiebre del Sábado noche y Dirty Dancing, me enamoré con Oficial y caballero y Top gun, me desternillaba de la risa con Loca academia de policía y los Caza-fantasmas.  Quise vivir Una historia Interminable, ser la Princesa Prometida y estar Dentro del Laberinto. Me habría encantado viajar al pasado o al futuro en un DeLoreans, llevar a ET en mi bici, dal cela y pulil cela. Siempre quise bailar con Patrick Swayze y que me indicase cual era mi espacio y cual el suyo para invadirlo, quería que me dijeran "Te quiero" para contestar "Idem" y sobre todo, siempre quise que Maverick me prestase su chupa de parches y me diese una vuelta en su moto a toda velocidad.
Mi cuarto siempre estuvo lleno de posters del Superpop y siempre había un disco de Michael Jackson, Madonna, George Michael u Hombres G sonando a toda pastilla.
Después de haber silbado la sintonía de Verano Azul, la de Twin Peaks y la del equipo A, me emocioné con Marco, Heidi, David el Gnomo y me pase la infancia esperando toparme con El amo del calabozo en una feria.
Tuve suerte gracias a los chinitos, trolls, chupetes, todos de la suerte...

Pues si, yo sobrevivi a todo esto, yo viví mi infancia al 200 %, quemé mi adolescencia y aquí sigo, con los pies en la tierra y la cabeza llena de recuerdos.

Sin lugar a dudas un gran libro que recoge todos los recuerdos de una gran generación, a la que estoy muy orgullosa de pertenecer, la generación mejor preparada de la historia... cuando todos lo dicen...

martes, 2 de abril de 2013

DEJARSE LLOVER



"Las bombas-trampa están por todas partes, pero sobre todo minándonos la necesidad, la nostalgia, la dignidad o el miedo; esas cosas que nos llevan a olvidar que somos vulnerables y a prescindir del sentido común; esas cosas que nos hacen quebradizos y con las que tanto les gusta jugar a otros, a los que ponen trampas, para convertirnos así en títeres de su broma macabra; esas cosas de las que hemos de cuidarnos con celo y escrúpulo para sobrevivir al menos un día más, que a veces no es poco."




DEJARSE LLOVER
PAULA FARIAS


Para resumir este libro podríamos decir que tres hombres de las Brigadas de Transición Pacífica que se dedican al saneamiento de pozos y acequias, intentan sacar un cadáver de un pozo antes de que que éste contamine el agua del pueblo. Una y otra vez fracasan porque se les rompe la cuerda y tienen que buscar una nueva en el pueblo más cercano, con el riesgo de saltar por los aires por un movimiento en falso ya que el terreno esta minado.




Y esto es lo que he sacado en claro después de leerlo, porque no me he enterado bien de la historia, me ha costado mucho trabajo poder seguirla, los personajes no están definidos (me imagino que será  porque no son lo realmente importante), la historia en sí está falta de acción y me ha costado trabajo coger el ritmo y eso sin contar que hasta la mitad del libro no me pude enterar de que iba.

He leído por ahí que es una "narración onírica", tienen razón, a mí me ha dado sueño.
Aún así, hay que sacarle el lado bueno, para mí ese lado ha sido el personaje de Osman y la historia de lo gallos, realmente estremecedora.

No dudo que la intención de Paula Farias al escribir una historia de guerra sin gritos ni violencia sea la de crear un ambiente interiorista, contar una historia sobre el tiempo después de la guerra, el tiempo de las venganzas, pero lo cierto es que a mí no me ha conseguido enganchar, le ha faltado fuelle.
Aún así os dejo un párrafo (aparte de el primero), que es más una reflexión, que ha conseguido que tenga que parar y releerlo otra vez por la intensidad que trasmite el mensaje.

"A veces pienso que lo peor de un muerto no es lo que deja de ser, sino  lo que podría haber sido. La cantidad de besos que ya no va a poder dar y la cantidad de gente que se va a quedar sin esos besos. Las lunas de agosto y las siestas con chicharras que ya nunca serán. Y las tormentas, y el olor a tierra mojada y las pizzas de tres quesos y los vasos de leche caliente después de un mal día. Y los cortes de manga a tiempo. Y las risas a destiempo. Tantas y tantas cosas que una vez muerto se reducen a nada, que ya nunca serán. 
Eso es lo terrible. Cuando matas a alguien matas mucho más de lo que ha sido, matas su posibilidad de ser, de sentir, de hacer sentir. No le quitas sólo a él, se lo quitas a esos otros que ya no serán nunca parte de ese posible."